El poder de las emociones
El poder de las emociones
Las emociones tienen un gran poder en nosotros hasta el punto de que pueden ser el principal motor de nuestra salud o todo lo contrario, nuestra fuente de autodestrucción. De ahí la importancia de aprender a conocerlas y acompañarlas, si podemos reconocer el poder de nuestras emociones tendremos el poder sobre nosotros mismos.
Si no somos capaces de identificar y nombrar nuestras emociones con naturalidad, nos pueden generar un conflicto interno que el cuerpo empieza a somatizar si no se ataja cuanto antes.
No es que las emociones sean positivas o negativas, tan solo forman parte de nosotros, nos ayudan a estar en contacto con nuestro interior y nos dicen qué es lo que queremos, necesitamos, etc. En cambio, el vivir instalado en una de ellas nos puede conducir a una enfermedad. El equilibrio está en la utilización y el control del abanico de emociones y en reconocer cualquier desajuste que puede alterar nuestra salud mental y actitud ante la adversidad. Como referencia podemos leer el siguiente articulo. La actitud del paciente
Ante un desequilibrio emocional, el cuerpo empieza a avisar con una serie de síntomas. Al principio la sintomatología puede ser de carácter leve, pero si no se pone remedio con rapidez, la enfermedad puede agravarse hasta afectar al sistema nervioso, muscular, respiratorio, cardiovascular, endocrino, gastrointestinal o reproductivo.
Según el fundador de la Psicoinmunología, Robert Ader, el sistema nervioso central y el inmunológico se comunican de infinidad de maneras biológicas que hacen que la mente, las emociones y el cuerpo no están separados sino íntimamente relacionados.
El ser humano es un ser integral compuesto de cuerpo físico y emociones. Cuando una de las partes está mal repercute en las otras, por ejemplo, si estamos siempre preocupados por todo, terminamos afectando al estómago y al bazo-páncreas; o también puede suceder que, como consecuencia de una hepatitis, estemos de mal humor ante la más mínima contrariedad.
Las investigaciones de David Felten descubren cómo las emociones ejercen un efecto poderoso en el sistema nervioso autónomo (SNA), que es el que regula diversas funciones del organismo. Felten detectó un punto de reunión donde el SNA se comunica directamente con los linfocitos y los macrófagos (células del sistema inmunológico). A través de este estudio, se descubrieron contactos semejantes a sinapsis, es decir, las terminales nerviosas del SNA tienen a su vez terminaciones que se apoyan directamente en estas células inmunológicas. Este contacto físico permite que las células nerviosas liberen neurotransmisores para regular estas células (Goleman, 1996). Los mensajeros químicos que operan más ampliamente en el cerebro y en el sistema inmunológico son aquellos que son más densos en las zonas nerviosas que regulan la emoción, de aquí su gran papel en la enfermedad.
“Solemos nacer sanos, y por complicaciones mentales, emocionales vamos enfermando”
Según la Medicina Tradicional China, con una antigüedad constatada de cinco mil años, reconoce que cada emoción básica se halla unida a un órgano:
– La cólera, al hígado y vesícula biliar
– La alegría, al corazón e intestino delgado
– La preocupación o fijación mental, al estómago y bazo-páncreas
– La tristeza, al pulmón e intestino grueso
– El miedo, al riñón y vejiga
Todos los órganos citados tienen unos canales dentro del cuerpo, a modo de autopistas o carreteras, por las que circula la energía. Cuando nosotros nos estancamos en una o varias emociones se produce el atasco de la energía, que con el paso del tiempo, dará lugar a la enfermedad dentro de ese órgano. Las emociones nos dañan, por vivir sin fluir en ellas, de manera asertiva.
Es interesante e importante recordar que un problema en un órgano favorece la aparición de emociones exageradas o desproporcionadas.
” Los más afectados suelen ser el corazón, el hígado y el bazo”
El corazón es el rey de todos los órganos y además controla la mente, pesadillas, insomnio, alteraciones mentales, manías, etc…
El hígado alterado produce depresión, mal genio, irritabilidad ,mal humor etc…
El bazo se manifestará con anorexia ,falta de apetito o por el contrario, exceso de apetito, etc…
Si somos capaces de identificar lo que sentimos y darnos la oportunidad de sentirlo, experimentarlo y expresarlo de forma asertiva, estaremos cuidando de nuestra salud en todos los sentidos