Diagnóstico y actitud del paciente
La Actitud Del Paciente Ante Un Diagnóstico Grave .
En este post voy a hablar de la importancia de la actitud del paciente ante un la sobrecogedora noticia que conlleva un diagnostico grave . La actitud del paciente ante un mal diágnostico es un factor decisivo a la hora de afrontar su curación del mismo .“La mayoría de nosotros gastamos nuestra vida cómo si tuviéramos otra en el banco”
Ben Irwin.
Mientras vivimos inconscientes de nuestras debilidades, usamos nuestro cuerpo como si de una fortaleza inexpugnable se tratase. Sólo ante un hecho contundente solemos tomar conciencia de nuestras limitaciones reales.
Nuestro organismo es una extraordinaria creación, de diseño, pero, a su vez, frágil, que debemos ir conociendo para evitar lastimarnos.
Pero cuando esto sucede, cuando nos lastimamos y enfermamos, afrontarlo, es un duro golpe. La salud que no apreciábamos en absoluto, precisamente por tenerla, ha desaparecido, y nos encontramos con una nueva realidad que nos invade intensamente.
Esta es la doble vertiente de nuestra existencia: la durabilidad de la vida, con sensación de eternidad a veces, y su enorme fragilidad.
Casi siempre tendemos a pensar que las enfermedades, sobre todo las enfermedades mortales, crónicas o invalidantes, son sucesos que les ocurren a los demás. Nunca o casi nunca pensamos que nos puedan pasar a nosotros mismos.
Escuchamos en televisión, noticias sobre enfermedades crueles de las que nunca hemos oído hablar, sobre cánceres mortales, procesos degenerativos… y tendemos a creer que eso nunca nos ocurrirá a nosotros.
Pero nadie está a salvo de nada.
Y el día que nos llega, que nos dan el diagnóstico, no podemos dar crédito a lo que nos están diciendo. Tengo cáncer, ¿y ahora que?
Encontrar las palabras para dar una mala noticia es una de las tareas profesionales más difíciles. Resulta complicado acertar no sólo con el mensaje, sino como se va a entender el mensaje. El tono de voz, los gestos, van a tener una especial relevancia. Cada palabra, cada imagen, quedarán grabados en el oído y la retina de la persona que ansiosamente espera y desea una buena noticia.
De como se comunique el diagnóstico, y sobre todo de cómo lo reciba la persona, puede depender en parte el futuro de la evolución de la enfermedad.
Diagnosticar requiere con frecuencia un alto nivel de especialización. Comunicar el diagnóstico exige un altísimo grado de humanidad, de capacidad de ponerse en el lugar del otro. Esa virtud que sólo el ser humano posee cuando madura y la cuál se desarrolla con una adecuada formación que no suele ser recibida durante nuestro aprendizaje académico. Una de nuestras corrientes de trabajo se basa precisamente en ello, en enseñar a trasmitir tan grave noticia . En cuidado emocional, trabajamos con profesionales para el desarrollo de esta noble virtud.
Desgraciadamente en nuestro sistema médico actual no contamos con demasiados facultativos que sepan utilizar las palabras adecuadas, que tengan la capacidad de una actitud compasiva. El día a día y la cantidad excesiva de pacientes que tienen que ver en consulta les deshumaniza en cierta forma. Lo que para ellos no es más que rutina, para ti es decisivo, es tu futuro, es tu vida.
Se sabe con certeza, y hay estudios que lo avalan, que muchas veces las palabras empleadas son de una contundencia tal, hacen tanta mella en el paciente que a menudo el pronóstico se cumple aunque luego no haya razones médicas fundamentadas para ello.
De esta manera a la persona que se le dice “te vas morir en dos meses”, se muere aunque su organismo no esté lo suficientemente deteriorado para que esto suceda. Simplemente se lo ha creído, lo ha interiorizado y lo ha convertido en su propia realidad.
En cambio, otras personas con peor estado de salud consiguen vivir más tiempo, simplemente porque les han proporcionado dichas expectativas.
Además, los médicos no son dioses, ¡Que saben ellos de lo que te va a pasar o de cuando te vas a morir!
Cada persona es un mundo, no hay enfermedades sino enfermos, y cada patología se comporta de diferente forma dependiendo del organismo en que actúa.
La actitud del paciente a la hora de enfrentar la enfermedad.
¿Por qué algunos pacientes recuperan su salud y otros mueren, cuando el diagnóstico es el mismo para ambos?.
Podemos encontrar casos de personas cuyos pronósticos médicos indicaban que, con tratamiento, podían esperar vivir muchos años más. y aunque afirmanban repetidamente que tenían muchísimas razones para vivir, estos pacientes mostraban una mayor apatía, depresión y actitud de entrega que muchos otros a los que se les había diagnosticado una enfermedad terminal.
En esta última categoría se encontraba un pequeño grupo de pacientes que habían sido enviados a casa tras un tratamiento mínimo, y con pocas expectativas de que llegaran con vida a su próxima visita de control. Sin embargo, años después seguían volviendo a su reconocimiento, manteniendo una salud bastante buena, y superando inexplicablemente las estadísticas.
Cuando se les preguntaba el porqué de su buena salud, solían dar respuestas del tipo de “no puedo morir hasta que mi hijo se gradúe en la Universidad” o “soy muy necesario en mi trabajo”, o “ no quiero morir hasta haber resuelto mis problemas con mi hija”. El punto común de estas respuestas era la creencia de que ejercían alguna influencia en el curso de la enfermedad .La diferencia entre estos pacientes y los que no cooperaban era su actitud hacia la enfermedad y su postura positiva ante la vida los pacientes que continuaban bien tenían un mayor deseo de vivir .
No tengo ninguna duda de que la actitud del paciente es fundamental para poder sobrevivir a la enfermedad. Es evidente que cada caso es una vida diferente a la otra, no hay leyes universales en esto ni recetas magistrales, pero vale la pena intentarlo, recuerda:
“La actitud del paciente es clave prioritaria para superar una enfermedad”
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