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Vivir Desde El Interior, Ampliando Nuestra Consciencia.

Vivir Desde El Interior, Ampliando Nuestra Consciencia.

En este post hablaremos sobre la importancia de vivir una vida plena desde nuestro interior, desde nuestro sentir, desde nuestro corazón, conectando con nuestro poder personal más importante nuestra intuicion.

Nosotros nos aferramos al exterior para tener una correcta validación. Dejamos a críticos y a personas externas que dibujen nuestras mentes. Nos enganchamos a pastillas, materialismo,  para curar todas nuestras enfermedades Incluso en nuestra vida amorosa, muchos de nosotros vivimos en nuestro mudo perfecto particular, ver síndrome nuestra propia versión de la vida , sin ver realmente la realidad y sin hacernos cargos de nosotros mismos.

         Vivir Desde Fuera

Cuando alguien nos pregunta cómo estamos, o bien respondemos con el típico “Bien”, que, en realidad, no significa gran cosa, ni siquiera un ‘bien’, o empezamos a enumerar circunstancias de nuestra vida que, dependiendo como sean, hacen que nos encontremos mejor o peor.

Si las cosas van bien, nos sentimos bien, y a la inversa.

De hecho, la propia pregunta se formula muchas veces de una manera que muestra a las claras que el posible interés de quien nos pregunta no es saber cómo estamos o nos sentimos, sino cómo están las cosas en nuestra vida: “¿Cómo te va todo?”; “¿Y la familia?”

  • Es decir, basamos nuestro bienestar, nuestra seguridad, nuestra tranquilidad, nuestro equilibrio, nuestra autoridad interna en las circunstancias externas: VIVIMOS DE FUERA HACIA ADENTRO. Damos a lo externo una relevancia capital en nuestras vidas y luchamos, nos preocupamos, nos saturamos la mente de pensamientos,  incluso, para que todas esas circunstancias externas nos sean favorables.

   ¿Te gustaría saber la característica más fuerte de un Maestro Manifestador?

Para ser un Maestro Manifestador, tienes que ser un soñador.

Pero, deja de lado todo lo que has aprendido, puedes ser soñador y realista al mismo tiempo.

Vivir Desde Dentro

Cuando deseamos que nuestra vida sea diferente, conseguir nuestras metas, obtener eso tan deseado, olvidamos el paso más importante. La Transformación interior.

Nada se transforma, sin un trabajo interior dentro   ¿Como conseguir logros mayores actuando de la misma manera? ¿Como superar retos y alcanzar metas con los mismos malos hábitos?

Si te empeñas en esperar el momento oportuno, seguirás esperando toda tu vida.

Si esperas a tener todos los conocimientos, todas las habilidades, a ser grande, no dejaras nunca de ser pequeño.

El Poder Está En Ti.

Lo realmente importante

Que decidas CREER EN TI. Que decidas mirar lejos, que no te conformes con la vida que tienes, que no te rindas ante el primer traspiés, que no te rindas sin siquiera intentarlo.

Para tener éxito, para sentir que vives feliz, la vida que quieres, primero necesitas definir cuál es esa vida. Y luego, empezar. Soñar, dejar tus ideas en tu mente, no produce resultados.

Te propone dejar de esperar a que las circunstancias te sean favorables para ser feliz, dirigiendo el cambio hacia tu interior, lo único que en realidad depende de ti.

Empieza, aunque nada sea perfecto.

Empieza, aunque te falten medios.

Empieza, aunque necesites mejorar.

Empieza, aunque no lo tengas claro, porque la claridad ira llegando con cada paso que des. Porque las cosas mejoraran a medida que avances, porque la confianza, llega al actuar. El no dar ningún paso, es la principal causa de la falta de confianza en ti.

¿Como puedes saber si eres bueno si no lo intentas?

¿Como puedes decirte que no a Tu vida? La vida, ella va pasando, no te espera.

No espera a que estés preparado, no espera a que las condiciones sean idóneas, no espera a que llegue el momento oportuno. Porque el momento de empezar, enfocado en mejorarla, en proporcionarte un futuro.

Vive desde dentro tus metas están en ti.

Estamos plenamente convencidos de que el poder que ejerce lo externo en nuestro bienestar es enorme; sin caer en la cuenta de que nuestro control sobre las circunstancias externas es, ciertamente, limitado.

¿Cómo podríamos controlar el precio de la gasolina, o de cualquier producto? ¿Cómo podríamos hacer que los demás nos dijeran lo guapos, inteligentes y buenos que somos y evitar que nos digan lo contrario o cualquier cosa que no nos gusta? ¿Cómo podríamos hacer que los políticos se pongan de acuerdo para que gobierne el partido que va a tomar las medidas necesarias para que todo vaya mejor en el país? En fin, la lista de ejemplos que muestran a las claras que no ejercemos demasiado control sobre lo que nos rodea sería interminable.

Es verdad que sí que hay una serie de cosas que podemos hacer para que las cosas marchen, más o menos, en la dirección que queremos. Y está muy bien que pongamos nuestra energía en producir cambios favorables a nuestro alrededor.

Podemos fortalecernos para que lo externo no pueda con nosotros; o prepararnos para actuar en mayor armonía con lo que pensamos y sentimos, sin necesidad de ofender, ni menospreciar, ni faltar al respeto a nadie; podemos encontrar recursos en nuestro interior que nos permitan hacer frente a las adversidades inevitables de la vida, sin perder nuestro más preciado tesoro: nuestro bienestar.

Podemos cuidarnos para tener la condición física adecuada para mantener nuestra vitalidad, para mantener a raya los problemas de salud (de hecho, muchos de los llamados problemas de salud son, en realidad, problemas de forma física); podemos planificar nuestro tiempo sin vivir agobiados; podemos…

En definitiva, podemos cuidarnos, querernos,

Es verdad que para todo esto necesitamos utilizar recursos (materiales y personales) que están a nuestro alrededor, fuera de nosotros. Pero todo eso no tendría ningún valor si nuestra actitud no es la adecuada, si no tenemos la determinación de vivir la vida de la mejor manera posible, desde dentro y mejorando.

Esas metas que ha conseguido en cuanto a su forma de ser y estar en la vida, desde dentro, le valdrá, si él quiere, para el resto de sus días, y le ayudará a ser más humano, sin duda. A ser más lo que ya es.

Se trata sólo de no olvidar quienes somos y quienes son nuestros semejantes. Eso, poder ver en los demás más semejanzas que diferencias con nosotros y juzgarlos menos, siendo conscientes de que cualquier mal que otro padezca hoy, lo puedo padecer yo mañana. Poder mirar a los demás a su misma altura, no desde arriba ni desde abajo. Y eso solo se hace desde dentro.

¿Vives desde adentro hacia afuera?

¿Le das demasiado peso a las circunstancias?

¿Quieres que te ayude a verlo?

Contáctame y trabajaremos juntos. Seré tu compañía,  para que experimentes esa transformación personal interna que necesitas para dejar de creer que no puedes.(http://cuidadoemocional.es/)

Os dejo un testimonio de mi paciente, que te aclarara el proceso desde otra perspectiva.

“Te voy a dar el teléfono de una amiga. Ella hace la terapia Gestalt, a ver si mejoras. Se llama Oliva”

Esas fueron las palabras que me han llevado hasta aquí. Yo pensé en ese momento “bueno, venga, otra más…y como tantas citas con psicólogos durante dos años, no creo que me sirva”

Evidentemente estaba equivocada. Mi “enfermedad terminal” (así es como yo llamaba al estado emocional en el que me encontraba) no estaba relacionada sólo con la mente, si no con mi alma, mis emociones.  La dependencia emocional, la estima por los suelos y el sentimiento de culpabilidad que padecía, me llevaron a un estado anímico débil y apagado prácticamente y ninguno de los dos psicólogos a los que fui me ayudaron.

Contacté con Oliva. Me acuerdo de que me atendía en su casa, allá por el 2015, todavía no tenía su consulta.

Ahora pienso, si no llega a ser por ella, creo que aún estoy en un bloqueo y en un desconocimiento emocional importante.

Fueron unos principios bastante duros, de hecho, los recuerdo, y se me saltan algunas lagrimillas.  Pero ahora entiendo que tuve que pasar por ello para llegar a donde he llegado, a donde ella me ha acompañado.

Ha sido un camino de tres años en el que, emocionalmente y en otros muchos aspectos, he crecido como persona.  He aprendido de qué mente, cuerpo y alma es un todo y de que hay que vivir aquí y ahora, relacionarme con el presente, sin dedicarle mucho tiempo al futuro. Ha sido un camino durante el cual he aprendido que la imaginación juega malas pasadas y que tengo que experimentar lo real y evitar pensamientos innecesarios. Gracias a ella, ahora sé cómo hacer para evitar eso pensamiento, me costó mucho, pero lo conseguí.

Recuerdo sus terapias y las tengo muy presentes, de hecho, las sigo aplicando en mí día a día. Había días que trabajábamos con canciones, días que conversábamos, días que el trabajo era más físico….esos cojines, qué de tortazos se ha llevado.

Para mí ha sido un descubrimiento el saber gestionar mis emociones, la rabia, el odio, la tristeza, el miedo…. y la culpa, esa culpa que me ha acompañado durante muchos años, y pesaba como una loza; una culpa de la que me ocupé durante muchos años de mi vida asumiéndola como mi responsabilidad, y no era así, y ella me lo hizo ver

Oliva me ha enseñado, gracias a sus terapias, a acompañarme y a cuidarme yo sola en todo momento. Me ha enseñado a sostener, digerir y gestionar mis emociones. Todo esto me ha dado mucha confianza en mí misma, confianza que hace que mis raíces estén cada vez más sujetas, más ancladas, confianza que hace que esté más segura de mis propias decisiones y acciones.  Puedo decir que soy una mujer independiente emocionalmente. Me permito experimentar, me permito caerme, me permito levantarme, saboreo mis logros, aprendo de mis fracasos…

En definitiva, ha sido, como ambas lo llamamos, una metamorfosis, llegué como un gusano a sus manos y hoy soy una mariposa. Hoy por hoy puedo decir, que, gracias a ella, me acepto tal y como soy, con mis defectos y mis virtudes, que sé que todas las emociones son necesarias vivirlas y experimentarlas, y que no tienen por qué ser malas si sabes gestionarlas, si sabes acompañarte con cada una de ellas y si sacas lo positivo de todas ellas, porque todas tienen algo positivo.

Aunque haya concluido mi proceso Gestalt contigo, Oliva, permíteme decirte que en aquel año 2015 no solo comenzó una relación de terapeuta – paciente, comenzó una amistad. Siempre te llevaré en mi corazón y, como te dije en mi última consulta, seguiremos en contacto porque ya formas parte de mi vida.

GRACIAS por todo.

 

 

 

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